El objetivo primordial del tratamiento de la enfermedad tiroidea debe ser un normalizar al paciente, mediante la utilización de hormonas tiroideas (en el hipotiroidismo) o medicación anti-tiroidea o yodo radiactivo (en el hipertiroidismo). La normalización hormonal suele corregir, por sí misma, las alteraciones del peso producidas.

 

Las recomendaciones dietéticas destinadas a personas con patología de tiroides no difieren en absoluto de las del resto de población. Así, en los casos de hipotiroidismo o hipertiroidismo con sobrepeso es recomendable la realización de una dieta hipocalórica equilibrada en nutrientes, y adaptada a las características físicas y actividad del paciente, así como el incremento de la actividad física.

En los hipertiroideos con pérdida de peso, la dieta debe ser equilibrada para sus características físicas y rica en productos con alto contenido en vitaminas y minerales que compensen las pérdidas producidas; deben evitarse, sin embargo, alimentos con muy elevado contenido en yodo como suplementos vitamínicos con yodo, sal yodada o algas rojas.

Insistir en la necesidad del consumo de sal yodada de forma universal en la población general, sobre todo mujeres embarazadas, lactantes y niños. Una deficiencia en el consumo de yodo puede provocar bocio (aumento del volumen de la glándula tiroidea) o hipotiroidismo, y puede ser responsable de una disminución del cociente intelectual y rendimiento de los escolares.

Su especialista en Endocrinología y Nutrición puede asesorarle sobre cuál es la dieta más adecuada en cada caso.